lunes, 6 de abril de 2009

LIBERTAD Y SEGURIDAD

Históricamente, las sociedades al organizarse han cedido bajo diversas formas, parte de sus derechos individuales a un estado. En este mecanismo de cesión intervienen principalmente dos parámetros ligados entre si y contrapuestos LA LIBERTAD Y LA SEGURIDAD.


Cuando una sociedad se siente segura de si misma genera individuos que reclaman grandes dosis de libertad. Estas sociedades generan individuos muy celosos de dejar que algún otro haga lo que ellos pueden hacer por ellos mismos. Estas personas ceden al estado solo aquello que es imprescindible y que solo puede alcanzarse desde una gran organización como la Defensa, El Orden Interior, la Justicia, la Principales Infraestructuras, las Relaciones Exteriores, la capacidad de hacer Leyes y la Ejecutiva de hacerlas cumplir. Pero además establecen rígidos sistemas de control a los administradores de estos asuntos.

Por el contrario, si una sociedad se siente insegura de si misma genera individuos que reclaman que alguien más capaz que ellos mismos administre lo que individualmente no se sienten capacitados para hacer. Estas personas ceden al estado todo aquello que no son sus acciones más simples, como donde o qué comprar, donde residir, divertirse o donde y en qué trabajar.

Pero además, su consciente falta de cualificación les convence de que no pueden controlar a aquellos que forman ese estado que les dirige, de manera que quedan obligados a aceptar sin comprobarlo, la buena preparación y los buenos sentimientos de aquellos que les gobiernan.

Aunque caricaturescos, estos dos extremos de sociedad y por tanto, de individuos, están en la base de la organización política.

Pensemos ahora porque nos acribillan con grandes desastres como El Cambio Climático, la Energía Nuclear-No gracias, el Calentamiento Global-ahora-Cambio Climático, el Agujero de la Capa de Ozono-Misteriosamente Desaparecido, el Efecto 2000-Que no tuvo Ningún Efecto y tantos otros. Pensemos porque tienen tanto interés en convencernos de que somos los responsables de las hambrunas, de las guerras del tercer mundo, de la droga, de los marginados.

Pensemos porqué, en lugar de alimentar nuestros principios y por tanto nuestra autoestima, nos hacen ver como aceptables, elementos que difícilmente encajan en nuestro orden natural como el aborto o la eutanasia y ridiculizan otros igual de fundamentales para el ser humano como la disciplina, el orden, el compromiso, el orgullo, la religiosidad, y tantos otros.

Alguien intenta hurtanos nuestra seguridad porque entonces seremos nosotros los que les pidamos a gritos que administren esa libertad que no sabemos usar.

Ese administrador, sin necesidad de ejercer ninguna violencia nos tendrá a su merced. En el caso de que sea bienintencionado, como mínimo nos pedirá seguro una gran cantidad de dinero, que gastará en gran parte en mantener ese estado de cosas. Pero si además es malintencionado, sembrará la miseria y la injusticia sobre nosotros.
Y nunca volveremos a tener control sobre él porque hemos sido desactivados.