jueves, 26 de febrero de 2009

POLÍTICA DEL CORAZÓN

Las personas en este país nos hemos limitado a ser contribuyentes dormidos cuya única función es alimentar una aristocracia política y ser su eco en los temas que ellos nos imponen. La política hoy en día en España no representa al ciudadano, es solo un espectáculo, que se podría llamar LA POLITICA DEL CORAZON.


A casi todas horas asistimos a debates sobre la defensa de las declaraciones o medidas de tal o cual político, a nivel nacional, regional o local. Casi ninguna declaración o medida va directa a solucionar ningún problema. Si la noticia es agresiva entonces los políticos se radicalizan y se ponen de una parte o de otra. Los medios, vinculados a la política mediante licencias administrativas, hacen más de lo mismo y dejan en una difícil situación al ciudadano.
Si este se decanta por una u otra opinión enseguida es clasificado como de “izquierdas” o de “derechas”, no hay lugar para los matices. Si dice que no está de acuerdo con ninguno se le considera pasivo, por tanto es marginado, y en ningún caso su opinión es importante.
Muchos ciudadanos se sienten desatendidos si su postura no es la que defiende el partido al que suele votar. El ciudadano duda y se siente mal, se desilusiona de sí mismo y el político le ha ganado otra batalla moral más. Han convertido nuestro pensamiento en emociones con su Política del Corazón.
Los grandes partidos han conseguido formar un bloque inexpugnable que no garantiza nada excepto su propio enriquecimiento a expensas de los demás. Tenemos que evitar esto. El criterio más importante es el que uno mismo forja.

PRIMERAS PROPUESTAS:
1º) No votar a nadie que lleve más de dos legislaturas en el poder. El poder corrompe y deben darse cuenta de que les damos y les quitamos el poder cuando nos place. Somos el pueblo soberano. Esto es un ejercicio de disciplina y racionalización del voto. El voto de castigo debe la primera medida de choque para un bipartidismo totalitario. Cualquier persona creará siempre (da igual su credo, ideas políticas o moral) una serie de nexos con otro tipo de poderes para asegurarse el poder en caso de revés laboral. El problema es que el político si hace mal, hace mal a muchos, y todos pagamos sus excesos, es por ello que ha de estar bajo el ojo agobiante y el cruel juicio de los individuos. Exijamos al político.
2º) Exigir listas abiertas a todos los niveles. Si tenemos más donde elegir y no seguimos una única doctrina de partido, nuestra libertad aumenta. Mayor capacidad de elección, mayor libertad.
3º) Exigir cuentas claras y públicas (ingresos versus gastos) a ayuntamientos, comunidades autónomas, gobierno nacional y a cualquier organización, asociación o fundación que reciba dinero o bienes públicos.
4º) Exigir autofinanciación de los partidos y sindicatos o en su defecto que el pueblo sea las bases de todos ellos con capacidad de elección directa (eso sí, sin cobrar un euro más), es decir, ya que les pagamos el sueldo, sus cenas y sus coches oficiales, al menos poder elegir quien va a ser el candidato de cada formación y estar afiliado a todos los sindicatos.

CADA UNO ES LÍDER DE SÍ MISMO

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