martes, 29 de septiembre de 2009

INOCENTE HERODES

Herodes mandó asesinar a algunas decenas de recién nacidos porque entre ellos podía haber una seria amenaza para Judea. Si la sociedad española elimina cada año a más de 100.000 embriones en desarrollo, ha de ser porque los considera también una amenaza para su seguridad. Es difícil entender que este genocidio, esta matanza de seres de nuestra misma especie sea solo producto de la comodidad. Es más difícil de comprender cuando estos seres son absolutamente inocentes e indefensos.


Este no es un dilema entre la mujer y el niño que no ha nacido, aunque si hubiera que ponerse de parte de alguien, es indudable que habría que estar a favor del más indefenso de los dos, puesto que son vidas independientes.

Este es un asunto entre una sociedad que no es capaz de defender a sus seres más indefensos, la embarazada y su hijo, y sus políticos, que ante la dificultad del problema optan por eliminarlos, bien de forma física o condenándolos al silencio. Nos quitan la libertad económica y política y a cambio nos regalan la sexual, como si eso fuera cosa de ellos.

No hay otra forma de abordar el comienzo de este espinoso tema que desde la perspectiva del niño, dejando a una segunda consideración, cualquier derecho de la madre.

Vidas Independientes: Así como un hígado o un riñón no son más que órganos de un sistema que no tienen sentido ni desarrollo fuera del ser que los contiene, un huevo fecundado es un elemento independiente de la madre y tiene todo su sentido y la mayor parte de su desarrollo fuera de esta. No es por tanto parte del cuerpo de la madre y por tanto esta no tiene derecho a decidir sobre su vida y su muerte.

Mutilación: Sea vida dependiente o independiente, es difícil concebir que pudiéramos ir al médico a pedirle que nos extirpara un brazo, un riñón, un ojo o dos dedos del pié izquierdo. Aborrecer cualquiera de las partes vivas y fundamentales de nuestro cuerpo sería considerado una mutilación incomprensible. Al feto que vive dentro de la madre se le equipara sin embargo con un juanete o un quiste de grasa y al aborto con una liposucción.

Ser Vivo y ser Humano: Tratar de establecer una frontera entre ser vivo y ser humano es una tarea absolutamente banal e inútil. Desde el momento de la concepción, la nueva vida comienza una evolución que no terminará hasta muchos años más tarde con la muerte, sin que en momento alguno exista una clara barrera que diferencie un estado de otro. No somos más humanos por tener más células, ni por respirar o comer o movernos de forma autónoma, ni por tener un órgano más o menos desarrollado, ni por tener más o menos grado de conciencia de nosotros mismos. Cualquier frontera que se quiera poner a un desarrollo que es continuo por su propia naturaleza, es del todo absurda y solo puede obedecer al interés o la conveniencia o puede ser una convención de la sociedad. Las barreras reales en estos procesos no existen sino que las creamos las personas. Llamar huevo al óvulo fecundado, denominarlo feto o llamarlo ya desde ese momento niño, o llamarlo hombre o persona no es más que una convención. Es, desde el segundo cero, un ser humano.

Homicidio: Y eliminar a un ser humano es simplemente un homicidio. Salvo para el caso del aborto, no conozco ningún homicidio que no esté considerado juzgable por lo penal, por mucho que concurran muchas conductas atenuantes, como en el caso de homicidios involuntarios absolutamente accidentales. Hemos de preguntarnos como nos verán desde el futuro y si serán capaces de entender esta lógica que dice, que se puede eliminar a los que viven por debajo del tercer piso, o a los que miden más de 1,75 metros, o a lo que tienen los ojos azules,… sin que intervenga el juez. Esta lógica es tan humana como lo ha sido la esclavitud de los negros o la carencia de derechos de la mujer. Pero que sea una lógica humana no quita para que sea una lógica aberrante. El aborto es un homicidio y cuando concurren en él agravantes como la voluntad de eliminación de un ser humano, y cuando no concurren especiales hechos atenuantes, se le llama asesinato, por muy dura que nos suene esta palabra. A veces es duro aceptar la realidad.

Profesores de Derecho: Y no es necesario ser profesor de derecho, ni de ética, ni filósofos para comprender todo lo anterior. Son razonamientos muy simples que sabe hacer cualquier vecino sin una especial preparación. Una cosa es que estemos o no a favor de la pena de muerte y otra muy diferente, que comprendamos que el hecho es un homicidio. En las guerras, enviamos a nuestros soldados a matar seres humanos, por mucho que sea bajo la etiqueta atenuante de la defensa propia. No van a cazar conejos. El hecho de que los políticos se escuden detrás de comités e informes que secundan esas distinciones entre ser vivo y ser humano, entre las 14 semanas y los nueve meses o los catorce segundos, no nos incapacita para pensar por nosotros mismos. Puede que necesitemos excusas o ayuda para soportar las llamadas de nuestra conciencia o simplemente mecanismos para olvidar hechos terribles. Todos los días hacemos esos ejercicios de olvido que son inherentes a nuestra condición porque de otra manera no podríamos vivir. Olvidamos que cada segundo muere un niño de hambre en el mundo, que cada, que cada día mueren en España cuatro personas de muerte violenta, que cada media hora aborta una adolescente también en España, olvidamos que nosotros también vamos a morir, porque necesitamos seguir adelante.

Atención a la Mujer: Y después de decir todo lo anterior, es cuando hay que atender a la suerte de la madre. En principio, ni siquiera por derecho, sino por humanidad. En primer lugar, un embarazo no deseado, hay que reconocer que es un hecho muy duro para una mujer, como lo puede ser perder a un ser querido o afrontar una grave enfermedad. Lo primero que debiera hacer la sociedad es tratar de ayudar por todos los medios a estas personas para que superen este trance y sin embargo es lo que menos parece que importa. Nos las quitamos de en medio enviándolas a una clínica y haciéndoles el favor de no enviarlas a la cárcel. Que un porcentaje anormalmente elevado de las mujeres que se suicidan en España y en el mundo hayan previamente abortado, no parece haber llamado todavía la atención de ningún político ni sociólogo.

Despenalización y Negocio: Hasta hoy, la solución dada en España al problema político consistía en establecer una serie de plazos y condiciones durante los cuales, el homicidio del niño no sería considerado causa judicial. Es un crimen sin castigo, aunque al menos se reconocía como crimen. El argumento de base puede parecer justificado en la aceptación social de que una persona con un problema como un embarazo indeseado, bastante tiene en la complicación de su existencia y en su conciencia como para que encima le hagamos pasar por un juicio y la posibilidad de encarcelamiento. Le dejamos unas semanas para que resuelva el asunto y que se aclare con sus remordimientos si los tiene. Pero este planteamiento no es gratuito y alrededor del aborto ha surgido un negocio floreciente de aquellos que ganan dinero con cada aborto. Las clínicas abortistas son centros de alto rendimiento que esquivan la ley o la bordean todo lo necesario con tal de aumentar el margen de beneficios. Cada embarazada es un posible cliente y convencerlas de que el aborto es la solución, su objetivo de marketing estratégico. Médicos sin escrúpulos pueden convencer y engañar a madres adolescentes para conseguir las ventas previstas del año. La difícil vigilancia de las condiciones y los plazos que impone la ley ha llevado además a que se eliminen criaturas con varios meses de existencia, con total impunidad.

Derecho al Aborto: Lo que viene después, no es conceptualmente más grave que la despenalización. Dar a la madre el derecho a eliminar a su hijo dentro de las primeras catorce semanas es solo más de lo mismo, solo que ahora el hecho ya no será un crimen. De forma eufemística se lo denomina interrupción. Como apagar la lavadora o desconectar el horno cuando el cordero está a medio hacer. Asignar a las mujeres el derecho al aborto es tan poético como decirnos que tenemos derecho a un empleo digno. No he visto todavía a ningún político encarcelado por violar este derecho cuando toma decisiones que envían a miles de personas al paro. El derecho al aborto, no es más que una concesión al feminismo radical y un engaño de tamaño descomunal a la población. Sobre todo, a las supuestas beneficiarias de esta ley. Puede que las personas que tienen que adoptar tan dramática decisión y sus familias, se sientan temporalmente mejor si piensan que abortar es un derecho, aunque es dudoso que a largo plazo, esto sea un consuelo para muchas de ellas.

Mujeres Extraterrestres: Tanto hablar de la igualdad y terminamos haciendo leyes para hombres y leyes para mujeres. La mujer no es un ser extraterrestre para el que haya que legislar de forma distinta al hombre. Aunque con características físicas y psíquicas distintas al hombre, del mismo modo que las hay entre los mismos hombres y las mismas mujeres, estas deben ser consideradas desde el ojo de la ley como seres humanos. Y lo que hemos de procurar es que todos los seres humanos tengan los mismos derechos. La capacidad de embarazo de la mujer no ha de darle derechos especiales más allá de la igualdad de oportunidades o estaremos dividiendo a la sociedad y poniendo barreras nuevas en lugar de las antiguas.

La Solución: Lamentablemente, este es un problema sin solución, como tantos otros. Nada podemos hacer para eliminar los accidentes laborales, o los accidentes de tráfico o tantas y tantas cosas. Solamente ponernos como objetivo común el reducir su incidencia. Es posible que sociablemente fuéramos más felices si en lugar de subvencionar el cine o las corridas de toros o las fiestas populares, dedicáramos medios abundantes para ayudar a nuestras hijas, parejas o esposas que están en una situación de embarazo indeseado. Sociablemente, el aborto es un suicidio de la especie. De nada valdrán las medidas para alterar el cambio climático, ni para reducir el consumo de combustibles fósiles, si al final no va a haber quién ponga la calefacción, ni quién se suba a la moto.

Las Medidas: Además de una compresión infinita a todas aquellas mujeres que han abortado hasta el día de hoy llevadas por la presión social, el agobio de las circunstancias o medias mentiras y otras promesas, una total incomprensión y rechazo a cualquier persona sin escrúpulos, que haya inducido, facilitado o realizado un aborto como producto de interés comercial, interés personal e incluso la simple comodidad. Y además:

- Reconocer socialmente, que el aborto es un homicidio desde el momento de la fecundación.
- Reconocer socialmente que han de ser consideradas atenuantes las condiciones de la madre, incluido el simple deseo de no llevar el embarazo a término.
- Propugnar una nueva ley del aborto que no despenalice el homicidio y que lo someta por tanto a revisión judicial.
- Eliminar los plazos de la ley y atender únicamente a condiciones médicas o psicológicas.
- Facilitar ayudas a las madres que sin desearlo, han de llevar a cabo el embarazo completo, para que puedan hacerlo dignamente y ceder a su hijo en adopción si lo desean al final del mismo.
- Establecer cualquier medida que impida que la muerte de inocentes de convierta en un negocio comercial y perseguir policialmente de forma activa este tipo de conductas.

Debemos ser tolerantes con las personas en circunstancias difíciles. Debemos ser implacables con los que violen la ley. Debemos cuidar de los inocentes, madres e hijos. Esto no se puede trivializar, es un problema muy serio que afecta a miles de personas cada año en España. No podemos caer en la intransigencia de demonizar y encarcelar a cada mujer que no quiera a su hijo, pero tampoco podemos asesinar a cada hijo que haya tenido la mala suerte de anidar en tal madre. Ni Herodes ni nosotros somos inocentes. El aborto no es un derecho.



1 comentario:

  1. Tienes absolutamente toda la razon, hablando del aborto en terminos sociales y legales, pero ¿Y los economicos?
    ¿De donde sacan las farmacuticas/cosmeticas y demas multinacionales su materia prima?
    ¿Porque nadie ha tocado este tema tabu?
    Quiza porque si una mujer supiera de donde procede su crema antiarrugas dejaría de hacerlo.
    Saludos y animo.

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